¡Oh! Dios que con inefable providencia
te dignas enviar a tus santos ángeles
para nuestra guarda,
accede a nuestros ruegos
y haz que seamos
siempre defendidos por su protección.
Señor, que nos confías a tus ángeles
para que nos guarden en todos nuestros caminos,
concédenos que por intervención
de tu glorioso arcángel San Uriel
nos veamos libres de los peligros presentes,
y nos aseguren contra toda adversidad.
Glorioso arcángel San Uriel,
poderoso en fortaleza,
imploro tu custodia para alcanzar la victoria
sobre todo mal espiritual o temporal.
Protector mío,
concédeme la gracia que te solicito
[se pide la gracia deseada]
si es conveniente para el bien de mi alma.
Acompáñame y guía todos mis pasos
hasta alcanzar la vida eterna.
Amén