Siempre es buen momento para pedirle al Señor que haga de nuestro hogar, su lugar.
Dios mío bendice mi casa, para que sea un hogar de amor y de la paz.
Bendice la puerta abierta como dos brazos extendidos que dan la bienvenida.
Bendice las ventanas que dejan entrar el sol cada mañana y por donde se asoman las estrellas que son luces de esperanza.
Bendice los muros que nos defienden del viento, del frío y que son nuestros amigos en las horas que pasan.
Bendice nuestra mesa y los sitios de trabajo para que nos ayudes y el lugar de reposo para que nos guardes.
Bendice el techo que cobija los afanes de hoy y los sueños de mañana y que guarda para siempre entre los vivos la memoria sagrada de los que se han ido.
Bendice los sentimientos, las ternuras, los anhelos que florecerán en nuestras vidas.
Bendice nuestros pensamientos para que sean puros, las palabras para que sean rectas, nuestros actos para que nos conduzcan hacia Tí.
Bendice nuestras horas de paz y de silencio, para que fortalezcamos juntos nuestro espíritu.
Bendice nuestros dolores y alegrías porque son el corazón de la familia.
Señor quédate con nosotros en tu morada, en nuestra casa….
Amén.