Primer paso
Este primer paso consiste en realizar una limpieza de la suciedad física del hogar, que involucra diferentes aspectos como pisos, techos, rincones, interior de muebles y armarios, ventanas, vestimenta, paredes, escaleras, ropa de cama, entre otros.
La limpieza debe ser exhaustiva, sin llegar a la obsesividad. Lejía y algún producto desengrasante serán suficientes para la limpieza de la casa mientras que el jabón en polvo y el neutro limpiarán todo lo relacionado con la ropa.
Es importante, luego de realizar la limpieza de la casa, de botar o eliminar todo los aparatos dañados y que estén en mal estado. En cuanto a la ropa vieja y que ya no se usa, puede ser regalada a personas que lo necesiten.
Segundo paso
Colocar 4 vela blanca, sal marina, cuatro platitos, un frasco de esencia floral, un incienso y una campana en una mesa pequeña. Luego, desplazarse por la casa con la campana haciéndola sonar de forma tal que sus sonidos llenen la atmósfera de cada estancia. Se puede usar también un pequeño tambor para emitir el sonido. Si se nota alguna zona más cargada, se debe realizar el sonido más alto.
Tercer paso
Hacer circular el humo del incienso en el sentido de las agujas del reloj, repartir el humo por todas las esquinas de las habitaciones de la vivienda.
Cuarto paso
Rociar cada estancia de la casa con agua que contenga gotas de esencia floral de romero, salvia o lavanda. Mientras se realiza este proceso, se debe repetir en voz alta: “Dios está bendiciendo este hogar y sólo habrá armonía y felicidad.
Quinto paso
Encender las cuatro velas y colocar sal marina en los cuatros platitos. Colocar una vela y un platito en cada esquina de las cuatro que conforma una casa. Dejar la sal durante un día y una noche para que vaya absorbiendo la energía negativa de la casa. Una vez se haya pasado ese periodo, se deberá deshacerse de esa sal.
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Para finalizar el ritual, se debe sentar en el suelo en silencio y dar gracias a Dios por las bendiciones. Es necesario dejar que las velas se consuman, pero apágalas si tiene que salir.
Es importante observar que existen algunas personas que, al final del ritual de limpieza, rezan oraciones, como el Padre Nuestro, el Credo, o de algún representante de su credo particular lo cual refuerza el poder de este ritual.
Incluso existen personas que, al final, prefieren repetir, en voz alta, palabras o frases cortas como las siguientes: “Paz, amor y protección”, ” Mi hogar está bendito”, “ Todo lo negativo se transmuta en positivo”, “Dios es mi pastor, nada malo me pasará”, “En mi hogar todo es amor”, etc., lo cual también resulta positivo.